2. Sobre la Ascesis

2.1 Diferencias entre psicología y mística

La psicología y la ciencia, por sus características, pretenden objetivar la experiencia, sacarla de lo subjetivo y ordenarla en un sistema teórico (método científico) en línea con el pensamiento de la época.

Nosotros en cambio, en nuestro trabajos, optamos por un método místico, que nos indica el camino a la experiencia y se preocupa más bien de construir procedimientos que de explicarlos. Psicología y mística no son dos formas que necesariamente se oponen, pero tienen diferencias.

Definiendo un poco más el método místico, este es algo que da prioridad a la experiencia y no intenta armar un sistema teórico, sino que está en directa relación con el logro de experiencias. El método místico toma su lenguaje, de acuerdo a la situación, tanto de la filosofía, psicología y ciencia para describir sus procedimientos. La psicología, hija de esta época, tiene que mantener el lenguaje que le corresponde, por lo que no puede desarrollar teorías respecto a experiencias subjetivas sobre las cuales no hay una base común de registros7 y un esquema teórico coherente con la ciencia actual. De esto resulta que lo vivido en un camino místico, que a menudo se describe en forma de prosa poética y/o experiencia personal, no se puede presentar tan fácilmente en términos psicológicos hasta que no haya un encuadre teórico admisible para los paradigmas científicos. Entonces hay una limitación en el lenguaje psicológico cuando queremos hablar de lo que pasa en estos estados de alteración del Yo y de trance. A la inversa en mucha literatura poética y mística, por ejemplo en “La Mirada Interna” de Silo, hay notables desarrollos sobre lo trascendental que se dan fuera del enmarque de la psicología actual y son expresados en términos poéticos.

En la literatura mística de todos los tiempos encontramos muchas traducciones de experiencias consideradas trascendentales: experiencias de fusión; unidad de todo lo existente; pérdida de la subjetividad o anulación en lo objetivo; tonos afectivos que lo invaden todo: alegría, paz, vitalidad; sensación de presencias (dioses, guías, muertos, otras entidades); contacto con lo sagrado; superación del dualismo y aceptación de la paradoja; inefabilidad (que no se puede explicar con palabras); estados de conocimiento, de intuición y verdad (experiencia noética pura); pérdida del sentido de la causalidad; el no tiempo u otra temporalidad; anulación del espacio; fuertes sensaciones energéticas; percepción de un principio generador y fusión con éste; en referencia a la luz: fogonazos, luminosidad, fuego o calor intensos; salirse del cuerpo; mirarse desde afuera; experiencias por lo general catalogadas como de proximidad a la muerte; etc.

En nuestro caso, en los trabajos en CSS nos encontramos con algunas experiencias comunes que destacamos como significativas: Vacío, Doble, Centro luminoso y Conciencia separada8. Ellas son una suerte de recorrido interior que se puede fijar y tienen una particular importancia en la construcción de ese algo trascendente que es central en nuestra Ascesis9. Se trata, por lo general, de experiencias unitivas, integradoras y de gran beneficio para la vida, que podríamos catalogar como místicas.

Aprovechamos del sistema de imágenes (la representaciones que el sujeto va comentando durante las sesiones en CSS) porque son formas de traducir, que también luego permiten un análisis desde un punto de vista interpretativo, pero en realidad nuestro trabajo está más dirigido hacia la descripción y acumulación de las experiencias.

Lo que interesa es describir registros, nos interesa dejar las huellas para volver a esos registros, entonces si en un momento dado se produce un tipo de experiencia, como por ejemplo la de una entidad que me está hablando, se tratará de escuchar lo que dice, lo que pasa con esta interacción, si lleva a algún lugar se la sigue…, pero lo que más nos interesa es poder volver a esta experiencia que va más allá de las imágenes del caso. Se tratará de describir los pasos que llevaron a esta experiencia, en qué estaba cuando apareció, cuál es su registro, dónde se la advierte.

Tratamos de ir a las sensaciones puras, no hace falta ningún esquema teórico complicado para hacer esto, es mucho más simple y más directo, se trata de describir con cualquier lenguaje, no necesitamos encasillar la experiencia en ningún sistema teórico, porque terminamos por disminuirlas, reducirlas.

La energía de la sensación, sin representación, no se descarga y así aumenta su intensidad. Las sensaciones y las representaciones sin descargas van incrementándose, produciéndose nuevas cualidades energéticas. Las sensaciones y las representaciones se van purificando de las traducciones y queda “energía pura” que al acumularse se experimenta como luz.

Puede también haber otros tipos de intereses con los que encarar los trabajos en CSS tratando de armar una psicología fundamentada en las experiencias que se producen u otras investigaciones, pero nuestro enfoque ha sido básicamente místico, apuntando a las experiencias trascendentes.

Nuestro proceder no va sumando imágenes sino más bien las va sustrayendo, nos quedamos con lo más sustancial, entonces si me aparece una imagen alegórica compleja, con muchas situaciones, detalles, texturas, nosotros vamos a la reducción de esto y tratamos ahí mismo de no entrar en ello. Tenemos cuidado con esto de las imágenes porque ahí se mete la memoria y nos deriva a su contenido.

Tratamos de reducir, de sustraer, quedarnos con lo esencial. Cada vez hay menos imágenes, y entre las pocas que van quedando vamos a preferir algunas que son más cenestésicas. Puede haber otro tipo de representaciones porque te ayudan, pero tratamos de describir registros. Menos imágenes y más energía.

Estamos diciendo que en el trabajo se van tocando espacios profundos que se traducen en imágenes y en esta elaboración hay traducciones mejores en el sentido de que operativamente nos sirven, son siempre traducciones, pero distinguimos y preferimos un sistema con menos imágenes, más esencial, muy cercano al registro de la luz pura. Es recomendable no forzar, en el sentido de no inhibir las imágenes, si aparecen con mucha fuerza dejar que corran y así vayan produciendo su descarga, como en una suerte de catarsis, sin por esto salirnos del propósito que es ir a lo más profundo y esencial, en dirección del vacío.

Si pretendemos llevar a otro campo las experiencias místicas y darle una existencia independiente, vale la pena recordar lo dicho por Silo en La realidad interior, último capítulo de La Mirada Interna en su libro Humanizar la tierra:

1. Repara en mis consideraciones. En ellas no habrás de intuir sino alegóricos fenómenos y paisajes del mundo externo. Pero también en ellas hay descripciones reales del mundo mental.

2. Tampoco debes creer que los ”lugares” por donde pasas en tu andar, tengan algún tipo de existencia independiente. Semejante confusión hizo a menudo oscurecer profundas enseñanzas y así hasta hoy algunos creen que cielos, infiernos, ángeles, demonios, castillos encantados, ciudades remotas y demás, tienen realidad visible para los ”iluminados”. El mismo prejuicio, pero con interpretación inversa, ha hecho presa de escépticos sin sabiduría que tomaron esas cosas por simples ilusiones o alucinaciones padecidas por mentes afiebradas.

3. Debo repetir, entonces, que en todo esto debes comprender que se trata de verdaderos estados mentales, aunque simbolizados con objetos propios del mundo externo.

4. Toma en cuenta lo dicho y aprende a descubrir la verdad tras las alegorías que en ocasiones desvían a la mente, pero que a veces traducen realidades imposibles de captar sin representación.

Cuando se habló de las ciudades de los dioses adonde quisieron arribar numerosos héroes de distintos pueblos; cuando se habló de paraísos en que dioses y hombres convivían en original naturaleza transfigurada; cuando se habló de caídas y diluvios, se dijo gran verdad interior. Luego los redentores trajeron sus mensajes y llegaron a nosotros en doble naturaleza, para restablecer aquella nostálgica unidad perdida. También entonces se dijo gran verdad interior. Sin embargo, cuando se dijo todo aquello colocándolo fuera de la mente, se erró o se mintió.

Pero el mundo externo confundido con la interna mirada obliga a ésta a recorrer nuevos caminos. Así, hoy vuela hacia las estrellas el héroe de esta edad. Vuela a través de regiones antes ignoradas. Vuela hacia afuera de su mundo y, sin saberlo, va impulsado hasta el interno y luminoso centro. (Silo, 2002, p. 56)

2.2 La Ascesis en los trabajos de Escuela

Nuestras experimentaciones en Cámara de Supresión Sensorial se han dado en el marco de algunos desarrollos específicos que Silo propuso en los Parques de Estudio y Reflexión, conocidos como “trabajos de Escuela”.

Estos se inician con las técnicas desarrolladas en el libro de Autoliberación: Distensión, Psicofísica, Autoconocimiento y Operativa y se complementan con el estudio de los textos del libro Apuntes de Psicología (Silo, 2006). Esos ciclos llamados de “nivelación”, permiten homogeneizar lenguaje, experiencias y comprensiones, para encarar luego alguna de las Disciplinas10 desarrolladas por Silo. Son cuatro las vías que él propuso: Material, Energética, Mental y Morfológica11, articulando cada una de ellas en un proceso de 12 pasos en las que se busca experimentar un estado interno que llamó “Lo Profundo”12

Luego de las Disciplinas se abre el campo de trabajo conocido como Ascesis, donde ya se trata de avanzar y profundizar en lo experimentado en la Disciplina, al mismo tiempo que se perfecciona un Estilo de Vida coherente con las experiencias trascendentales que van apareciendo.

Es en el contexto de estas prácticas que nos propusimos buscar nuevas técnicas que, apoyándose en el uso de CSS y una metodología de trabajo en equipo programada para un año completo, pudiesen favorecer el avance en esta dirección.

2.3 Precisiones

Silo, comentarios en diversas charlas (2001 a 2005):

…La Ascesis es un camino de toda la vida, que va tendiendo a la superación del Yo para entrar a los espacios profundos de lo sagrado.

…La Ascesis es el foco del ‘Estilo de Vida’, coloca la propia vida alrededor de ella. Al Estilo se lo tiene en cuenta como organizador de la vida poniendo el centro en Lo Profundo y en las actividades relacionadas con ello.

…La Ascesis siempre comienza por “la Entrada” y va saltando a pasos más progresivos, para entrar en esos espacios tan significativos. Al armarla se pone adelante lo que uno quiere lograr al final, “el Propósito”: el acercamiento a esos espacios o a vivir en esos espacios tan significativos para uno. Tener claro a donde ir y soltar, sin control sobre las actividades que normalmente el Yo controla: querer ir a un mundo que no sea el cotidiano, de realidades más altas, un mundo que se quiere alcanzar. El Propósito es una intención profunda.

…Todas las Ascesis trabajan para pasar a otra realidad, para pasar la puerta, y si conecto con Dios estaré en otro tiempo y en otro espacio. En el espacio y tiempo sagrados. La Ascesis, hace su trabajo trascendiendo al Yo, tratando y traspasando las categorías espacio-temporales.

Silo, carta a Pepe Feres (2001):

…nuestra Ascesis es un camino preciso de progreso en el que los peldaños de esa escalera son registros e indicadores indudables que marcan el estado del proceso en que se encuentra quien pretende seguir subiendo. Por supuesto que no se mortifica a nadie con esto ya que nuestra vida se desarrolla en términos horizontales: en nuestro mundo de relación, en nuestras necesidades y aspiraciones, en nuestro destino. Por otra parte, bien sabemos que en el desplazamiento por nuestro espacio interno no existe solamente una dimensión horizontal, sino diversas dimensiones: lo alto, lo bajo, lo ancho, lo volumétrico, lo temporal como modificador de espacios, etc. La Ascesis, implica un dominio progresivo de esas escalas, de esos peldaños y es una tarea especializada poco útil a la vida cotidiana.

2.3.1 La experiencia

La Ascesis busca entonces la experiencia de Lo Profundo, la evidencia de la trascendencia dada por la propia experiencia. Con la Ascesis se busca una evidencia indudable, que es algo más que una intuición o una creencia. La Ascesis se desarrolla construyendo los peldaños que conducen hacia esa experiencia.

2.3.2 La construcción

La Ascesis se construye en base a “conjuntos de registros” que organizándose constituyen escalones sobre los cuales apoyarse para nuevos pasos.

Los registros son acompañados por imágenes (representaciones mentales que son traducciones a lo visual, al sonido y a todos los sentidos externos e internos (V.) que se pueden poner en relación, de esta manera se llega a núcleos de registros que en su esencia son la misma cosa. Por ejemplo, del Doble hay muchos registros posibles y traducciones (desdoblamiento de la cenestesia, desdoblamiento de la mirada, sensación de presencia de alguien más, aparición de otras entidades, desdoblamiento de parte del cuerpo, etc), pero en definitiva estas diferencias las podríamos sintetizar en el concepto del Doble. Esta abstracción o conceptualización basada en registros permite fijar experiencias y es esencial para el intercambio y la trasmisión de lo vivido.

La construcción de peldaños es en base a registros, descubrimientos. No hay enseñanza que pueda reemplazar a los registros. Se trata de acumular registros significativos y potentes, que impactan y tienen la suficiente carga para dejar restos en memoria. Los registros fugaces u ocasionales pueden servir pero la Ascesis tiene la pretensión de producir mucho más. Las nuevas experiencias tienen que solidificarse, tomar forma, los registros tienen que transformarse en escalones sobre los cuales construir los pasos a seguir. Los escalones son “certezas”, verdades sólidas.

Si no se avanza con claridad en registros, no se avanza. Si no hay experiencias, de poco sirve hablar de las consecuencias que de ellas deriva (de sus traducciones, del lenguaje que tenemos que usar, de cómo estos registros pudieran reorientar el estilo de vida, etc.).

Estos núcleos de registros tienen el carácter de ser esenciales, son las experiencias fundamentales que pueden reorientar la conducta, que llenan de significados y dan sentido a la vida.

2.3.3 Límites

La Ascesis en su carácter de búsqueda trascendental, en cuanto a contacto y exploración de lo Profundo tiene sus límites. Un límite es la entrada, el umbral desde el cual el Yo queda de lado.

Al cruzarse este umbral hay dos cuestiones sustanciales en los procedimientos: el Propósito y el rescate de la experiencia (los restos).

En la exploración de Lo Profundo hay caos, todo empieza con el caos que se va ordenando paso a paso. Hay estados y caminos que se van reconociendo y construyendo. Hay “bardos”13 que también son problemáticos, hay que guiarse por los registros, por intuición. Lo Profundo no es todo uniforme, ni es una gran sopa dentro de la cual uno se pierde.

Lo Profundo “vive”. En las “realidades” y “objetos” que se presentan hay también fenómenos que se registran como conscientes, estos son registros de lo trascendental.

2.3.4 La Experiencia Trascendental

La experiencia de la trascendencia tiene el carácter de modificar el estado del Sentido, de acuerdo a los diferentes estados expresados por Silo en su charla “El sentido de la vida” en México en 1980:

…Así como destacamos tres vías del sufrimiento observamos también cinco estados con referencia al problema de la muerte y la trascendencia. En estos cinco estados se puede ubicar cualquier persona.

Hay un estado en que una persona tiene evidencia indudable dada por propia experiencia, no por educación o ambiente. Para ella es evidente que la vida es un tránsito y que la muerte es un escaso accidente.

Otros tienen la creencia de que el ser humano va a no sé que trascendencia, y esta creencia la tienen dada por educación, dada por ambiente, no por algo sentido, experimentado, no por algo evidente para ellos, sino por algo que les enseñaron y que ellos aceptan sin experiencia alguna.

Hay un tercer tipo de ubicación frente al sentido de la vida y es el de aquellas personas deseosas de tener una fe o tener una experiencia. Ustedes se deben haber encontrado con muchas personas que dicen: “Si yo pudiera creer en ciertas cosas, mi vida sería diferente”. Hay muchos ejemplos a mano. Gentes a las cuales les han sobrevenido muchos accidentes, muchas desgracias, y que se han sobrepuesto a esos accidentes, a esas desgracias, porque o tienen fe o tienen un registro de que todo esto, por transitorio o provisorio, no es el agotamiento mismo de la vida sino en todo caso una prueba, una resistencia que de algún modo hace crecer en el conocimiento. Incluso pueden haber encontrado gentes que acepten el sufrimiento como un recurso de aprendizaje. No es que busquen el sufrimiento (no como otros, que parece que tuvieran una especial afición por el sufrimiento). Estamos hablando de aquellos que simplemente, cuando se da tal cosa, sacan la mejor partida de ello. Gentes que no andan buscando el sufrimiento, todo lo contrario, sino que dada la situación lo asimilan y lo integran y lo superan.

Bien. Hay gentes, entonces, que se ubican en ese estado: no tienen fe, no tienen ninguna creencia, pero desearían tener algo que les diera aliento y le diera dirección a su vida. Sí, esas personas existen.

Hay también aquellos que sospechan intelectualmente la posibilidad de que exista un futuro tras la muerte, que exista una trascendencia. Simplemente lo consideran posible y no tienen ninguna experiencia de trascendencia ni tampoco tienen ningún tipo de fe, ni tampoco aspiran a tener experiencia ni a tener fe. Seguramente conocen a esas personas.

Y hay, por último, aquellos que niegan toda posibilidad de trascendencia. También ustedes reconocerán aquí personas, y probablemente entre ustedes haya muchos, que piensan así… (Silo, 2002, p. 692)

Una cosa es tener una experiencia trascendental casualmente, otra es producir esta experiencia intencionalmente, a voluntad.

2.3.5 Otros elementos en la Ascesis

Hay aspectos que al fijarlos pueden ayudar en la Ascesis: el trabajo sobre la Entrada; las técnicas de desestabilización del Yo; el trabajo con el Propósito en relación con el Estilo de Vida, así como guía que opera copresentemente durante la suspensión del Yo.

También hay varios recaudos que se puedan tomar en relación a las traducciones de las experiencias, a los restos, etc., tema bastante extenso que excede esta reducción esencial y que están desarrollados más adelante. Estos elementos se los puede trabajar, pero el punto central es la producción de la experiencia.

2.3.6 Distintas formas de Ascesis

La experimentación en la Ascesis admite distintas técnicas y formas, podríamos decir que no hay muchos límites para ello salvo el de no perjudicarse y el de no perjudicar a otros, y obviamente el de no perder el rumbo y el sentido de la búsqueda.

Como algunos ejemplos de técnicas, podríamos mencionar las que buscan la desestabilización por medio del agotamiento físico, como en algunas danzas; el apoyarse en repeticiones a través de oraciones y mantras; como también algunas formas de meditación, como es el caso de los yantras.

Hay muchas formas de buscar un desplazamiento del Yo, o su desestructuración o silenciamiento. Entre ellos está el uso de sustancias y drogas, procedimientos que consideramos como muy rudimentarios y con pocas posibilidades de desarrollo dentro del campo de la Ascesis. Además de tener varias complicaciones y contra-indicaciones, se queda a expensas de sus efectos y con pocas posibilidades de direccionar la experiencia.

El caso de la supresión sensorial, que se apoya en la CSS, apunta a la desestabilización del Yo, ayudando a eliminar la información de los sentidos externos y poniendo por tanto una excelente condición para avanzar en los pasos siguientes.

2.4 Reminiscencia / Restología

2.4.1 Definiciones y descripciones

En primer lugar, definiendo mínimamente el tema, hablamos de “restos” en relación a la Ascesis, refiriéndonos a todo lo que nos queda, a los residuos de la situación de suspensión o anulación del Yo en el trance.

Estos restos quedan en primer lugar en el cuerpo, ya que cuando el Yo no está operando, de todos modos los sentidos (V.) están en funcionamiento y captando. Tal vez estos impulsos no van a la memoria como pasa en la normal operatividad de la conciencia y más bien quedan como impregnando a los mismos sentidos. Cuando el Yo vuelve a operar, todos estos impulsos se acomodan y ahí la memoria busca estructurarlos. Ahora, esto que queda en la memoria es muy difícil de rescatar directamente como en el caso de la evocación y serán más bien reminiscencias que aparecerán y podrán o no detectarse. El cuerpo, como si fuera una antena, en sus fibras, captura algo insólito que luego entra en el circuito habitual a través de los sentidos internos y opera.

En esta alegoría del cuerpo como una antena, ella tiene un alcance limitado en su recepción, tiene un umbral limitado, así como lo tienen los sentidos. Capta lo que puede, y al parecer lo que capta son sólo ondas armónicas, como el caso de un cristal que vibra al recibir una cierta frecuencia. En la física se describen como fenómenos armónicos, hay mundos divididos en planos en el cual el cuerpo está en uno y a través de estos procedimientos de la Ascesis, entra en contacto con otros planos por vía indirecta.

Esto nos lleva al tema de las traducciones, ya que los impulsos que finalmente llegan, al entrar en el circuito del cuerpo y del psiquismo son traducidos al sistema que los contiene, como el caso de la memoria que al estructurar los datos los encasilla inevitablemente, los transforma y los acomoda. Luego cuando estos datos de memoria aparecen, se hacen presentes, son una vez más estructurados y re-acomodados. Así por ejemplo, el centro emotivo en su gama de emociones tiene su rango y todo lo que se experimente tiene que acomodarse en este rango. Las emociones que aparecen en relación a ciertas verdades internas, son concomitancias que se dan en el rango del funcionamiento de la emotividad.

Las traducciones se pueden ver como representaciones en imágenes visuales, auditivas, olfativas, etc. que surgen en relación a estos “restos”. Aparecen cielos, estrellas, paisajes, etc. Todas imágenes que se construyen a partir de la memoria.

Siempre hay “restos” que inevitablemente son traducidos.

2.4.2 Cuestiones operativas

Viendo cuestiones operativas, de cómo aprovechar el mecanismo de los “restos”, en primer lugar hay que fijarse en la intensidad y en la repetición de las impresiones. Es necesario que estos “residuos” sean algo sustancial, este es un tema central en la Ascesis y es en definitiva anterior al problema de los “restos” y de sus traducciones.

Hay traducciones mejores que otras, si bien más que ellas en términos compositivos y alegóricos, nos interesan los significados. Es un tema operativo para el practicante. Hay traducciones que hacen avanzar y otras que dispersan, algunas se aproximan a cierta objetividad interna, otras son más lejanas. Cada persona puede describir la experiencia interna de muchas maneras, pero no da lo mismo cómo lo haga, hay formas mejores que otras para uno mismo. No es igual hablar de Sol, de Centro Superior o de Centro Luminoso. Las mejores traducciones son las que son más puras, quizás más abstractas. La calidad de las traducciones habría que medirlas en relación a la capacidad que tienen de evocar estados de ánimo más complejos, en los que la imagen puede operar como un enganche, catapultando a situaciones irrepresentables de las que luego nos queda solo una parcialidad.

¿En qué medida puede uno decidir cómo se traducen estos “restos”? Esto se resuelve a partir del campo de copresencia, desde las atmósferas, de los paisajes culturales que nos rodean y, finalmente, sobre todo del procedimiento que se utilice, porque “por donde entramos es por donde salimos” (Silo, 2006) y es ahí donde están los primeros elementos que posteriormente operan en las traducciones. Un ejemplo de la influencia que tiene el procedimiento en esto de las traducciones se puede ver en los lenguajes y formalidades de las distintas místicas, ya que toman las formas correspondientes a cada contexto epocal, cultural y circunstancial. La Disciplina Energética tiene su lenguaje, la meditación de la Disciplina Mental otro, etc. Podemos hablar de Lo Profundo, de la Mente, de lo Trascendental, de Yo Profundo, de Dios, de Divinidades, del Ser Eterno o de Nirvana, son todas traducciones distintas. El procedimiento es muy importante, cualquiera sea, en cuanto determina de algún modo el ámbito que influye en las traducciones.

En cuanto a la forma de construir una memoria de estos “restos”, por un lado tenemos la necesidad de crear una memoria externa –el caso más simple son las anotaciones personales–, pero hay que considerar la dificultad de que, como en el caso de los sueños, muchas cosas se pierden con sólo mover el cuerpo.

Automatizar la escritura es una vía no tan fácil pero estaría en la dirección de crear un sistema de “memoria” un poco más complejo. Algo parecido se puede hacer con un grabador de audio/video, si se puede automatizar la vocalización. De todos modos, también sin grabador, la vocalización puede facilitar, porque el estímulo vuelve a través del oído y quizás algo se fija. Las prácticas en que se tiene un sujeto al cual hablarle tienen esta ventaja y el mismo hablar se hace mecánico.

Igual interés tienen los trabajos plásticos de algunos artistas que a través de varios procedimientos van creando rastros tangibles de estas situaciones. Este es el caso de pinturas o esculturas automatizadas que se realizan en estados alterados, como sucede con los artistas surrealistas. Es muy interesante el explorar todas estas posibilidades de ampliar la memoria respecto de los “restos”.

Aparte de los procedimientos para acumular más memoria, también están los otros para recuperar la memoria, para “forzar la reminiscencia”. En este campo el trabajo con los sueños y ciertos oficios y artes puede tener mucho sentido, como por ejemplo los trabajos de moldeado de arcilla buscando plasmar ciertas sensaciones reconditas. Otra vía posible a fin de recuperar tal memoria, puede ser el uso de procedimientos azarosos, como la lectura de la borra (posos) de café o la ceromancia, que de distintas maneras estimulan al sujeto a completar la “visión” proporcionando elementos materiales organizados sin la participación del sujeto (del Yo).

Más que las composiciones alegóricas nos interesan los significados que se puedan rescatar, es decir, las verdades interiores. Si a partir de los “restos” podemos llegar a ellas, a suerte de “certezas”, estamos armando los peldaños fundamentales de la Ascesis. ¿Y cuáles son estas certezas? Son las que están plasmadas y escondidas en muchas místicas, son verdades “objetivas” que se develan y que uno va reconociendo. Mucho de esto se lo encuentra en el escrito de Silo, La Mirada Interna (Silo, 2002, p.23). Uno no inventa nada.

2.5 Traducción de impulsos

La traducción de impulsos es un mecanismo del psiquismo14

En el caso de la CSS, si bien los impulsos que provienen de los sentidos externos son muy limitados o nulos, estamos de todos modos recibiendo muchos datos de los sentidos internos, además amplificados dada la singular condición del psiquismo. Los sentidos internos son básicamente dos15: a) Cenestésico, que proporciona datos referidos a presión, temperatura, humedad, acidez, alcalinidad, tensión, relajación, etc. y toda otra sensación proveniente del intracuerpo. Registra, además, la actividad de los centros16, por ejemplo: emociones, operaciones intelectuales, etc.; el nivel de trabajo de la estructura por sus indicadores de sueño, cansancio, etc.; las operaciones de la memoria y del aparato de registro; b) Kinestésico, que proporciona datos referidos al movimiento y la postura corporal, y al equilibrio y desequilibrio físico.

Se operan transformaciones y traducciones de los impulsos, aún antes de llegar a conciencia, según: a) las condiciones sensoriales previas; b) como memoria haya respondido al impulso estructurándolo con datos objetales y/o registros internos previos, relacionados con el estímulo en sus capas inmediata, media o antigua.

Y luego de haber llegado a conciencia: a) como en el caso de impulsos auditivos o cenestésicos que son traducidos a imágenes visuales; b) al estructurarse la percepción en conciencia con todos los datos perceptuales, de memoria, los registros internos y el propio registro de la actividad de la conciencia, al que se suma también su actividad imaginaria; c) por el trabajo que de los impulsos hacen las vías abstractivas o asociativas según el nivel actuante, transformándolos en imágenes características.

Las imágenes que surgen en el trabajo en CSS son traducciones principalmente de los espacios internos: de la cenestesia, la kinestesia y de memoria.

2.6 Recomendaciones para el trabajo

Enumeramos ciertos elementos a considerar en la posibilidad de avanzar en el contacto con Lo Profundo y alcanzar los objetivos de la Ascesis:

  • Intensidad: buscar la intensidad de las experiencias ya que hay registros que se fijan si tienen suficiente potencia y/o muchas repeticiones. La CSS ayuda a tener más intensidad. También hay que considerar los tiempos que se requieren, así por ejemplo, en CSS toma de 30 a 40 minutos entrar en la franja de trabajo (sobre todo en las primeras prácticas).
  • Cualidad: la cualidad de la experiencia depende de la relación entre registros y traducciones. Lo mejor es cuando se puede abstraer el registro de las imágenes y trabajar directamente con él, es decir que si bien se pueden presentar distintas imágenes y registros, se puede reconocer la misma experiencia. Por ejemplo en el caso del trabajo con la Fuerza, quien tiene experiencia del Pasaje de la Fuerza sabe que se da con distintos registros, a veces una luminosidad generalizada, en otras ocasiones más concentrada en ciertos puntos, como electrificación, produciendo fuertes tonos emotivos, pero de todos modos siempre hablamos de Pasaje de la Fuerza.
  • Simplificación: pasar de procedimientos complicados a evocación de registros, vale decir, la orientación está dada por registros cenestésicos. Esto es posible si se tienen grabaciones suficientemente intensas o mucha energía disponible en el momento de trabajar.
  • Ciclos: mínimamente hay dos etapas, una de acumulación de registros y otra de sedimentación o síntesis; son ciclos que tienen un tiempo importante, a veces de meses o más. Hay que conocerlos y aprovecharlos.
  • Trabajar con otros: si podemos prescindir de procedimientos “personalizados” podemos llegar a una comunión sustancial del trabajo, tanto en el Propósito como en las consecuencias.

Si bien los registros son intransferibles, en la medida que estos se reconocen en otros, toman carácter “intersubjetivo”, mis registros se completan merced al otro. El reconocimiento de las experiencias sustanciales en los demás nos saca de un monadismo (solipsismo) y tiene mucha importancia en el momento de asentar registros y sacar conclusiones. Los descubrimientos fundamentales no son de uno, no dependen de la biografía, no hay personalismos, se trata de desarrollo interno. El trabajo conjunto en la Ascesis es un gran acelerador.

Decimos que es posible la aceleración de la Ascesis para dar con su punto central: la experiencia trascendental, capaz de convertir el sentido de la vida.

Por último, señalar que si bien todo desarrollo de una Ascesis tiene su parte metódica que hay que aprender y asumir, este no es sólo un trabajo técnico, sino que es de gran importancia el tono afectivo con que se realiza. En el caso de esta particular metodología, que se estructura como un proceso conjunto con otros, agregamos la necesidad de generar, desde el inicio del ciclo de los retiros previos, una atmósfera cálida e inspiradora entre los participantes, en la que cada uno atiende a los otros, apoyándose mutuamente y logrando una sintonía que habilita las mejores experiencias individuales y de conjunto.